El periodista...

Quiero escribir algo, pienso en escribir algo, mis dedos se mueven sobre el teclado, hace ruidos como máquina vieja de escribir en la lejanía, supongo que eso era lo que se escuchaba en la fábrica de Remington todos los días.

Lápiz, lápiz, borrador, shac shac borrador, papel, papel, cesto de basura, dos a cero, ventana, que hermosa ventana, si un día me cambio de cuarto me llevaré mi ventana, ¿cuánto pedirá Doña Casilda por ella?, Doña Casilda, la renta.

Lápiz, lápiz, papel, cesto, tres a cero.

Si veo las noticias, el periódico, la radio, la televisión, en internet siempre hay algo en internet, conflictos, sólo conflictos, el mundo está lleno de conflictos, ok delete delete delete, mi cuaderno se quedó sin hojas, veinte a cero, tengo que sacarlas del bote de basura y reciclarlas.

Ya sé, café si eso café, necesito un café, si voy al seven tendré un café, pero mi ventana, me gusta mi ventana, ¿algún día me cambiaré de cuarto? Doña Casilda, la renta.

La hora ha llegado, camino por las calles de Aramberri y Reforma, nadie me nota, delete, delete, delete, llego al periódico, digo mi nombre de manera prepotente, soy periodista, vivo en mi papel.

Llevo un as en blanco bajo la manga, piensa, quise escribir algo, no pude escribir nada, el mundo solo tiene conflictos.

Entrego el as al periódico, mi columna saldrá en blanco, no vale la pena escribir nada, un líder de opinión puede darse el lujo de tener una columna en blanco e inventar cualquier cosa para salir del paso.

Soy periodista vivo en mi papel, cheque, banco, Doña Casilda, la renta. Mañana escribiré algo.