Negro...

Y hoy por fin he podido pararme de la cama, mi espalda me duele después de unos días acostado, ¿o semanas? En realidad no lo sé.
Esta caída que me llevó al fondo de mi ser no puede ser más que la misma que me hizo despertar de golpe, imaginar que mi vida sin sentido cobraría un significado en tu existencia, pensar que tal vez la vida se haría morada en lugar del gris pálido que ha sido mi única compañía desde ese día, recuerdo que la mente se despejó cuando te vi por primera vez, que caminé hacia ti y descaradamente me aproximé a tus ojos, tus pupilas se dilataron al mismo tiempo que notaste mi perfecta intención, y de nuevo me caí, en un pozo gris oscuro.
En sexto grado volví a intentarlo, si en kinder no había podido tener frutos, tal vez, con el paso de los años tendría de nuevo la oportunidad de acercarme a ti, claro la caída no se hizo esperar y de nuevo ocurrió, mi existencia se detuvo entonces, dejé mi seguridad de lado y con el paso de los años la esperanza de si quiera dirigirte un simple hola.
Después, no recuerdo cómo, estabas a mi lado, feliz, los colores aparecieron, rojo, azul, púrpura, morado, rosa, vino y el negro, el pálido y sombrío negro, ese color tan magnífico que me levanta cada mañana ahora me tumbaba de golpe, de la misma manera que llenaste mi ser lo dejabas vacío, sin explicación, sin más, sin hambre, el negro poco a poco se apropio de mí, ahora mi color no es más el gris ahora soy Negro.
Y hoy por fin he podido pararme de la cama, la casa con olor a encerrado, a viejo, a vida podrida me da de golpe, un olor que me recuerda un no se qué, y hoy me doy cuenta que mi vida es negra, tan negra como los moretones que apenas se distinguen en tu piel, con tus ojos hacia la nada y tu boca entrecerrada.
Recorro la habitación en busca de una explicación a mi sentir, a la resaca sin alcohol que recorre mis venas, y es entonces cuando lo veo, mi cabeza juega a la lotería con mi memoria y aparecen imágenes como cantadas en la feria, ¡casa! ¡golpe! ¡sangre! ¡revolver! ¡LOTERÍA!
El negro pronto se desvanece y da paso al pálido gris que caracteriza mi ser, es mejor que te ponga en el jardín y espere a la quinta tú que ya viene en camino por paquetería del otro lado de la ciudad, inventaré la historia, maquilaré el cuento y de nuevo me dejaré caer al vacío de mi existencia.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Lengua.